¿Cómo sobreviví al Burnout?
Burnout es un término en inglés, que en español se traduce como “estar quemado” del trabajo y se relaciona ampliamente con el estrés generado por el desequilibrio entre la vida personal y la profesional. ¿Alguna vez te has sentido estresad@ porque tu trabajo no te permite ver a tus amigos o disfrutar de tus hobbies?
De hecho este síndrome es tan común que en 2019, la Organización Mundial de la Salud reconoció el Burnout como enfermedad, mismo que será incluido en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos a partir de 2022. Este es un tema que no debemos tomar a la ligera, pues genera consecuencias de mediano y largo plazo como depresión y ansiedad.
En este artículo te quiero contar la oscura historia que me impulsó a salirme del mundo corporativo y que fue precisamente, sufrir Burnout.
Causas del Burnout
A veces pensamos que los trabajos de servicio y contacto con el público suelen ser los más estresantes, esto debido a la cantidad de personas con las que tratan en su día a día, sin embargo, la causa del Burnout no proviene nada más de la atención al cliente, sino también del entorno laboral y las condiciones cotidianas de tu trabajo.
Puede presentarse de muchas formas: como una carga excesiva de tareas, en las malas relaciones laborales (ambientes tóxicos), ausencia de apoyo en el entorno laboral, falta de formación para desempeñar tus actividades, entre otros aspectos que combinados o por separado, “queman” y acaban con tu bienestar físico y emocional.
Síntomas del Burnout
¿Cómo darte cuenta de que estás sufriendo Burnout? En mi caso comenzó con mucho agotamiento, me volví la amiga que nadie quería invitar a las fiestas porque, debido a la cantidad de horas que trabajaba al día, me quedaba dormida en todas las reuniones. Sentir agotamiento me obligaba a rechazar invitaciones para convivir con mi familia y amigos, en ese momento me di cuenta de que la situación estaba afectando mi vida personal.
Después del agotamiento llegó la frustración, la burocratización y falta de apoyo en los procesos internos me exigía atender tareas y responsabilidades que rebasaban mis capacidades físicas y mentales, lo que me hizo sentir incapaz, lejos de los resultados esperados y además, como si todo eso fuera únicamente mi culpa.
Comencé a preocuparme por mis capacidades físicas un día que subí a manejar mi coche y mi cabeza no giró, tenía una contractura muy fuerte en el cuello que me impedía doblar o girar la cabeza, terminé recibiendo más de diez sesiones de terapia de rehabilitación. También noté que mi alimentación estaba muy desequilibrada, el agotamiento me impedía llegar a casa a preparar mis alimentos y terminaba comiendo cualquier cosa en la calle por lo que me enfermaba constantemente.
La parte emocional también fue muy difícil de sobrellevar, algunos días la frustración me llevaba a encerrarme en mi oficina para llorar, otros días me causaba insomnio o taquicardia y ansiedad. Tomar decisiones se volvió difícil pues me sentía insegura y vivía en un constante estado de nerviosismo. Así que si alguna de estas historias te suena familiar, es posible que estés sufriendo de la enfermedad del Siglo XXI, el estrés por Burnout.
¿Cómo sobreviví al Burnout?
Sé que probablemente la opción más sencilla sea tirar la toalla, sin embargo, sino puedes darte este lujo, vale la pena que te acerques a los canales de atención de Ética y/o Relaciones Laborales de tu empresa para exponerles tu sentir. Recuerda que en México tenemos una norma (NOM 035) o Ley contra el estrés laboral que obliga a las empresas a identificar, analizar y prevenir los factores de riesgo psicosocial para las y los trabajadores.
Mi historia se remonta a tiempos previos a la publicación de la NOM 035 así que esta no fue una opción para mí. El primer paso fue reconocer lo que estaba viviendo y soltar, esta fue la parte más complicada pues en ese momento apenas tenía un año en la posición a la que había ascendido y que durante muchos años fue el trabajo de mis sueños.
Reconocer que no vivía con bienestar me llevó a explorar las alternativas que tenía en ese momento considerando las nuevas herramientas que había adquirido en mi trabajo, una de estas alternativas fue precisamente asesorar a otros con los trámites, procesos, productos y secretos que aprendí “detrás del telón”, razón por la que convertí en asesora financiera de Pymes. Un amigo de la universidad me contrató para asesorar a la empresa de su familia y ese paso en firme fue lo que me impulsó a, finalmente, poner mi bienestar por encima de mi estabilidad laboral.
Mi recomendación si en estos momentos te encuentras viviendo el Burnout, es que traces un plan de acciones ya sea para provocar el cambio interno que necesitas para cumplir tus expectativas personales, o bien, que evalúes tu inventario de talentos y habilidades para comenzar con una nueva actividad que disfrutes y que, a pesar del estrés, te permita generar un estado de bienestar físico y mental.
Tal vez hasta podrías terminar de asesor@ de Querido Dinero, como yo. Te espero para trazar tus planes juntos.