¿En qué momento empiezas a hablar con tus hijos de dinero?

Cuando te conviertes en mamá o papá, esta pregunta suele rondar por nuestra cabeza una y otra vez (o al menos eso espero), pues podemos leer artículos, consejos, incluso libros con información respecto a la crianza y educación de los peques, pero no resulta tan sencillo cuando se trata meramente de hablar de dinero con nuestros hijos.

Ya de por sí, nos encontramos en una lucha para combatir la escasa cultura financiera que tenemos en nuestro país, y la verdad es que no hay ningún hilo negro por descubrir, el verdadero secreto es: Empezar a hablarles de dinero a los niños y a las niñas desde que son pequeños; como cualquier otro tema de nuestra vida cotidiana, y no haciendo de este un mito, un tabú, o algo malo.

No es tan difícil, siempre y cuando tratemos el tema de una forma lo más natural posible y lo incluyamos en la cotidianidad.

¿Por dónde empiezo?

Por el principio. Ja, ja, ja sí, ya sé cómo sonó esa frase, pero es la verdad, no necesitas complicarte demasiado, al contrario, mientras más sencillo sea mejor.

Vamos partiendo que dependiendo la edad de los niños o niñas ya logran alcanzar cierto grado de madurez, es por eso por lo que al enseñarles a hablar de dinero debemos de hacerlo con palabras y acciones, que vayan acorde a la madurez de cada uno.

Realmente puedes (y debes) hablarles a tus hijos de dinero desde que nacen. Los pequeños no son tontos, y entienden a la perfección, sobre todo cuando son mamá o papá quien se los dice. Recuerda que desde que el bebé se encuentra en el vientre de su mamá está percibiendo todo a su alrededor, por lo que es muy importante que siempre te expreses bien del dinero, para que así lo entienda y perciba el bebé.

Algo muy importante es que nuestros peques entiendan el valor del dinero, y el esfuerzo que conlleva tanto generarlo como invertirlo, pues si ellos siguen con la creencia de que el dinero les va a caer de los árboles sin mover un solo dedo, desde ahí ya comenzamos mal.

Por eso es fundamental que estemos cerca de ellos y que incluso nos acompañen al momento de realizar las compras de los básicos de la casa, como la comida, ropa, productos de limpieza, etc., y que así logren ver que cada cosa material tiene un costo y hay que “hacer el intercambio” por él, es decir, pagarlo.

Vamos por edades

  • De 0 a 3 años: Como te decía, desde que nacen debemos de hacer que el tema del dinero no sea “tema” en casa, es decir, que no se hable en secreto, ni que lo veamos como algo malo. Mientras más familiarizados estén los niños con esto, para ellos será muy normal hablar de dinero y así más adelante llevar unas finanzas personales sanas sin ningún conflicto.
  • Desde los 3 a los 5 años: Aquí empezamos a enseñarles más conceptos financieros, pero sin hacerlos difíciles. Por ejemplo, podemos comenzar con algo tan sencillo como enseñarles a no desperdiciar comida, o cómo pueden ahorrar agua, luz, etc., así comenzamos la educación y hábito del ahorro. También buscando que los pequeños se den cuenta de que no se puede tener todo lo que quieren al mismo tiempo, y que conseguir eso que desean requiere un esfuerzo. Así, poco a poco irán desarrollando la paciencia al momento de ahorrar, y al mismo tiempo definir sus prioridades, pues al no poder comprarse todo tendrán que elegir cuál será primero, o bien qué sí se compran y qué no. Aquí puedes regalarles su primera alcancía o “cochinito”.
  • Desde los 6 a los 9 años: Si ya tienen su alcancía, aquí será muy sencillo, si no, es un buen momento para comenzar con ella. Regularmente, es cuando los niños comienzan a aprender a sumar, restar, etc., y llevar las cuentas con su cochinito les va a encantar. Además de que es una forma en que van administrando su dinero de manera práctica e irán dándose cuenta de su valor sin necesidad de explicaciones complicadas.
  • Entre 10 y 11 años. Llegó el momento de que tu peque tenga su primera cuenta de ahorro, ya sea en el banco o alguna institución financiera (regulada, por supuesto) y que avance al siguiente nivel. Así entenderá cómo funcionan los productos y servicios que ofrecen las distintas instituciones. Será la manera de ir introduciendo conceptos más complejos y que pueda entenderlos.
  • Desde los 11 a los 15 años. Aquí hay que motivar e impulsar a nuestros hijos a que busquen alguna actividad que fuera de casa, que los ayude a generar su propio dinero, aparte de su domingo, o mesada. Ya no vale solo con tender la cama, poner la mesa, sacar la basura o regar las plantas para obtener su recompensa por ello.

Tips para lograr una mejor comunicación

  • Predica con el ejemplo: Los niños, más que con palabras, aprenden por medio de la imitación, y ¿adivina a quién imitan en primer lugar?, es correcto, a nosotros como padres. Por eso es sumamente importante que seamos congruentes con nuestras palabras y acciones, para que así no les mandemos un mensaje confuso o contradictorio a nuestros pequeños.
  • Conoce a tus hijos: Cada persona es muy diferente, y lo que para algunos puede resultar muy sencillo, a otros puede causarles conflicto. Identifica cuáles son los intereses de tus hijos, y sobre de eso te podrás apoyar para llevar a la práctica las enseñanzas.
  • Jamás los subestimes: Algo que mi mamá me decía cuando mis niños eran bebés, era “Son niños, no tontos”. Muchas veces solemos subestimar la capacidad de razonar o de entender que tienen nuestros pequeños, pero la verdad es que son esponjitas y todo lo que ven y observan a su alrededor, lo van aprendiendo y poniendo a prueba y error. A veces parece que no nos ven ni escuchan, pero créeme, lo hacen.
  • Explícales él ¿por qué y para qué? No se vale decir “porque lo digo yo”, y aunque puede ser una frase que nos suene bastante familiar, si no le damos una razón a nuestros hijos del porqué y para qué hacemos las cosas, no le verán ningún sentido, y por supuesto que no lo tomarán en serio, mucho menos entenderán la lección.
  • Platícales tus experiencias: Nada como escuchar las anécdotas de papá, mamá o incluso de los abuelos, para lograr esa conexión con los niños. Además, ¿a quién no le gustaba o le gusta escuchar las historias de nuestros padres o abuelos?
  • Déjalos que se equivoquen: Regularmente en el afán de que nuestros hijos no sufran, les resolvemos todo, y al resolverles la vida, no dejamos que ellos aprendan, ni que se den la oportunidad de saber de lo que son capaces. Además de que es importante que sepan que tarde o temprano tendrán que resolver sus asuntos por ellos mismos, y que mamá y papá no lo harán para toda la vida. A menos que quieras ser como aquellos padres que todavía les andan resolviendo la vida a sus hijos cuarentones, en especial cuando se tratan de deudas.
  • Aprender de los errores: Hay ocasiones en que no podemos evitar la tentación de darnos “nuestros gustitos” y andamos gastando nuestro dinero, incluso hasta el que no tenemos (créditos), para comprar nuestros caprichos. Si cuando eres adulto es difícil no caer en la tentación, ahora imagínate para un pequeño. Por eso, si en algún momento le gana la emoción y se gasta todo el dinero de su cochinito en cualquier cosa que para ti no tenga importancia, en lugar de recurrir al regaño, este es el mejor momento para sentarse, a platicar y hacer conciencia que debemos de tener un “presupuesto” para cada cosa, y así no quedarnos sin nada de nada.

Recuerda que acompañar a nuestros pequeños en el proceso es parte fundamental de su aprendizaje, pues, así como al aprender a caminar se tropezaron varias veces, es muy probable que les suceda cuando sean temas de dinero y emprendimiento. Pero contar con ese gran soporte que nosotros podemos brindarles, sin duda les darán la confianza suficiente para salir adelante y lograr alcanzar todas las metas que se propongan.

 

Fuente:

Por qué es importante hablar de dinero con los niños (guiainfantil.com)

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