Hacer, no hacer o qué hacer con los propósitos de Año Nuevo

Si crees que eres único y especial (si lo eres, pero esto es algo muy particular), para los propósitos de Año Nuevo, quizás no lo seas tanto como crees, a menos de que si los cumplas.

Resulta qué es muy común, con estadística y toda la cosa, que la gente empiece un propósito justo en Año Nuevo, como la tradición lo indica, y que no lo cumpla.

A experiencia personal del escritor, cada año intenta un nuevo propósito, pero son pocos los propósitos de Año Nuevo que puede decir que ha cumplido (aunque ha llegado a cumplir alguno y la mayoría se quedan a medio camino).

Sin embargo (a solicitud del escritor se declara), otras metas personales impuestas en diferentes fechas del año si las ha podido cumplir.

Existen algunos interesantes factores de por qué esto le puede pasar a la mayoría de la gente que se hace propósitos de Año Nuevo.

¿Funcionan los propósitos de año nuevo? 

Se dice que lo que no mata… te hace más fuerte (¿no era engorda?), sin embargo, cuando se trata de cumplir propósitos de Año Nuevo, definitivamente funciona (aunque para algunos adelgace), al menos de manera parcial.

Sin embargo, cuando hablamos del cumplimiento de un propósito por completo, existe estadística que parece estar en contra de los optimistas.

Con base a la estadística recopilada por la plataforma deportiva Strava, un estudio encontró que la mayoría de los propósitos de Año Nuevo relacionados al acondicionamiento físico (o hacer ejercicio), tenían mayor probabilidad de “renunciar” a su propósito para el día 17 de enero.

Es por ello que este día se popularizó como “quitters day” o “día de los que renuncian”.

Aunque años después Strava declaró que los datos empleados no eran precisos, el concepto coincidía con lo publicado (años antes a la publicación original) en un estudio de Sandro Sperandei publicado en la Revista de Ciencia y Medicina en el Deporte.

El estudio de Sperandei se basaba en una tasa de cancelación del 47% en 5,240 membresías al gimnasio para el segundo mes de haberse contratado, 86% para el sexto mes y 96% para el mes 12.

¿Por qué no funcionan los propósitos de año nuevo?

Existe una infinidad de motivos o obstáculos que nos impiden cumplir con una meta personal como razones médicas, desorganización, manejo de tiempo, falta de compromiso y la lista se puede extender y adaptar a la situación personal de cualquiera que quiera cumplir una meta…

Pero, cuando se trata de propósitos de Año Nuevo, debemos considerar 4 factores determinantes y referentes a esta particular circunstancia.

El primero es la presión social por cumplir con un propósito justo a partir de Año Nuevo, esto significa empezar a realizar el propósito sin una previa preparación para cumplirlos que incluye no prepararse mentalmente para convencerse de que cumplir este propósito será de beneficio y generar el interés y motivación a largo plazo para hacerlo.

Según una encuesta de Forbes Health/OnePoll de octubre de 2023, el 61.7% de los encuestados dijeron sentirse presionados por establecer un propósito de Año Nuevo, 66.5% de ellos planeaban hacer tres o más propósitos para el próximo año.

Este segundo dato ilustra muy bien el segundo obstáculo para no cumplirlos, se trata del “aprovechar” los ánimos por realizar un propósito para cumplir otro (o dos más, si ya estamos en esto).

Cumplir con un propósito ya es difícil, súmale la presión de iniciar justo en Año Nuevo y no teniendo suficiente el muy “próspero” aún le suma otro propósito, o bien el doble de carga (ya no digamos el que se propuso de a 3), la dificultad se incrementa, y mucho.

Otro obstáculo son las circunstancias que rodean al primero de enero.

Después de un fiestón que tradicionalmente incluye tomar champaña, un festín de comida y dormirse tarde, o bueno, al menos después de las 12:00 de la mañana (hay que contar y toda la cosa).

Al día siguiente no es casualidad, sino causalidad que el cuerpo no esté en las mejores condiciones para hacer ejercicio, empezar dieta y mucho menos levantarse temprano.

A esto hay que sumar lo que conocemos como “la cuesta de enero” que es cuando hay que pagar por muchos de los gastos (algunos excesivos) que se hicieron en diciembre, lo que tampoco es que la cartera esté en las mejores de las condiciones para agregarle esos gastos a veces necesarios para cumplir algún propósito.

Finalmente, y por los ánimos que rodean a la festividad, solemos ser muy ambiciosos con nuestros propósitos, las metas deben de ser hasta cierto punto realizables, y preferentemente divisibles en tareas más fáciles.

Visto previamente, que la falta de preparación es uno de los obstáculos, en esta preparación se debe incluir una planeación de cómo se cumplirá con el propósito que incluya la división de tareas que se puedan realizar y hasta etapas.

Pensando que durante las primeras semanas de enero quizás lo más importante del propósito será hacer pequeñas actividades que me lleven a cumplir la meta de manera rutinaria en vez de esperar desvivirse para alcanzarla (cuando técnicamente aún faltan más de 11 meses para cumplirla en tiempo).

¿Por qué hacemos propósitos de Año Nuevo?

Se dice que fueron los antiguos babilonios quienes empezaron a hacer propósitos hace alrededor de 4,000 mil años, así mismo se considera que fueron los primeros en tener festividades registradas para celebrar el Año Nuevo (aunque ellos lo hacían a mediados de marzo) al plantar sus cultivos y hacían promesas a sus dioses, consideradas como los precursores de la tradición de los propósitos de Año Nuevo.

Según varios especialistas, terminar con un periodo e iniciar uno nuevo es el principal motivante para hacer los conocidos propósitos de Año Nuevo, incluso después de varios “años en el intento”.

Es en el término de un periodo cuando podemos tomar un momento para reflexionar lo que se ha logrado y las fallas que se han cometido, así mismo es antes de iniciar un nuevo periodo cuando pensamos cómo hacer esos cambios para mejorar.

¿Qué aspectos me ayudan y me impulsan al logro de mis objetivos?

Existen varios elementos que te ayudarán a alcanzar tus metas personales, mientras algunos de estos elementos son procesos que se deben seguir, otros son habilidades personales que se requieren para hacerlo:

 

  1. Claridad de lo que quieres lograr: Antes de empezar debes tener una idea firme de tu meta, o bien de lo que quieres lograr, para poder hacer un plan de lo que tienes que hacer para alcanzarlo.
  2. Planificación estratégica: Desarrollar un plan detallado para alcanzar tus objetivos es esencial. La planificación estratégica te permite desglosar tus metas en pasos más chicos o más manejables, establecer plazos y asignar recursos de manera efectiva.
  3. Motivación personal: Entender el por qué tus metas son importantes para ti, ya sea a nivel personal o profesional, proporciona la energía y la persistencia necesarias para superar los desafíos.
  4. Habilidades y competencias: Desarrollar y mejorar constantemente tus habilidades y competencias es esencial. La adquisición de conocimientos y la mejora de tus capacidades te permitirán superar los desafíos que se interpongan para lograrlos.
  5. Buscar ayuda: Contar con un sólido sistema de apoyo, ya sea en el ámbito personal o profesional, puede marcar la diferencia. Compartir tus objetivos con colegas y amigos te va a dar diferentes  perspectivas y motivación para cumplir tus metas.
    1. Para esto sí es bueno el Año Nuevo, ya que decir abiertamente cuál es tu propósito, ayudará a que las personas que te rodean te pregunten cómo vas con tu meta.
    2. Si se trata de un cambio de conducta adictiva, como dejar de fumar, de jugar, de tomar, por mencionar algunas, este punto puede volverse determinante ya que además de la resistencia a crear un hábito o el esfuerzo por cumplir una meta, está la dependencia física a esta actividad.
  6. Sin dolor no te haces feliz: Dice la canción de La Ley, pero esto se deriva de la frase motivadora de los fisicoculturistas en referencia al dolor corporal que viene después de hacer ejercicio.
    Esto se puede implementar en otros aspectos (además del ejercicio) como levantarse temprano (para algunos existe cierto dolor psicológico que cuesta explicar) o en ahorro, sacrificar algunos gustos para ahorrar y cumplir una meta mayor.
    Para esto también se puede aplicar un “castigo económico” como una apuesta o incluso una suma de dinero considerable que condicione el acceso a esos recursos sólo cuando se complete la meta y de no hacerlo en un periodo, ese dinero se puede entregar a alguna donación.
  7. Seguimiento y corrección: Llevar seguimiento de tus avances y corregir tu camino es esencial para llegar a tu destino. Las autoevaluaciones permiten aprender de tu experiencia y mejorar continuamente.

Algunas fuentes empleadas

https://www.verywellmind.com/why-new-years-resolutions-fail-6823972

https://www.cnn.com/2023/01/13/health/quitters-day-restart-resolutions-wellness/index.html

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8665389/

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