Las reglas financieras de un buen Santa

Navidad, Navidad, llega Navidaaad… ¡Ah! Cómo soy feliz cuando llegan estas fechas decembrinas, y más porque, a pesar de que ya estoy bastante grandecita (como dirían mis niños), la verdad es que disfruto mucho la magia, la alegría y por supuesto, los regalos que recibimos y que esperamos con tantas ganas durante el año.

Si así me siento yo, ahora imaginen a todos los peques, que cuentan los días para que lleguen Santa, El Niñito Dios, o Los Reyes Magos. Y la verdad, es que, aunque nosotros como padres queremos regalarles todo, antes de meterle el tarjetazo, debemos hacer una reflexión: ¿qué tan bueno es llenar de juguetes y regalos a nuestros peques?

Síndrome del niño hiperregalado

¿Alguna vez habías escuchado hablar de este síndrome? Es muy común que lo veamos cuando los pequeños cumplen años o bien, en Navidad, pues son fechas en que los niños reciben más regalos de lo acostumbrado, pues entre familiares, amigos y los papás y mamás consentidores, nuestras criaturitas no se dan abasto con tantos y tantos regalos que reciben, tanto así que no saben por dónde empezar a abrirlos, o jugar con ellos (porque la mayoría son juguetes), y esto provoca que estén sobre estimulados, lo que hace que pierdan toda la emoción y entusiasmo, pues es difícil poner atención a toda la montaña de regalos.

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Manos con caja de regalo apilada de muchos regalos envueltos en papel dorado de pie cerca de la pared negraImagina que es como cuando tienes muchas ganas de echarte unos taquitos, y es tanta tu hambre, pero sobre todo tu antojo, que en lugar de comerte tus acostumbrados 4 taquitos sencillos, terminas reventándote 15 y con doble tortilla (me han contado), y lo único que provocas, lejos de satisfacer y disfrutar tu antojo, es tener un gran dolor de panza y terminar empachado. Bueno, pues eso es lo que exactamente sucede con los chicos al llenarlos de regalos, terminan empachados, sin disfrutarlos ni valorarlos.

Pero ¿Qué tanto es tantito?

A la mejor puede no parecerte malo querer darle todo a tus hijos, pues definitivamente no queremos que les falte nada, al contrario, muchas veces como papás queremos que lo tengan todo (o por lo menos lo que nosotros no tuvimos de niños), incluso hay ocasiones que queremos “compensar” el poco tiempo que pasamos con ellos a través de los regalos o cumpliendo todos sus caprichos.

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familia celebrando NavidadPero si caemos en estas conductas y excesos, tendremos consecuencias tales como:

  1. Limitar su imaginación y fantasías: Claro que hay juguetes que les ayudan a desarrollar su creatividad, pero también pueden desarrollarla creando sus propios juguetes u obras de arte con material reciclado, o bien, realizando actividades al aire libre (en la medida que sea posible). Dejar que se aburran es muy bueno para que ellos echen a volar su imaginación.
  2. Pierden la ilusión: Si acostumbras a tus hijos a siempre recibir una gran cantidad de regalos, llegará un momento en que lo sientan como una obligación, y no un gusto, por lo que les generará apatía y poco encanto. Y esto nos lleva al siguiente punto:
  3. No tienen tolerancia a la frustración: Al darles todo y en charola de plata, no permites que los peques conozcan el sacrificio o el valor que costó comprar o adquirir sus regalos, lo que genera una actitud egocéntrica y siempre quieren más y más, aunque no lo merezcan, y al momento de que se presenta una situación adversa en su vida no sabe cómo manejarla, por no tener ese desarrollo emocional.
  4. Desarrollo de antivalores: Cuando se reciben muchos regalos, los niños restan valor a lo que nos puede haber costado a los padres el conseguir adquirir los mismos, por lo que desarrollan actitudes egoístas y consumistas que tarde o temprano deberemos corregir.
  5. Sobreestimulación: Al ver tantos regalos, no se podrán decidir con cuál quieren jugar, ni mucho menos disfrutarlos todos a la par, por lo que terminan escogiendo un regalo o juguete, botando los demás, quedando relegados u olvidados.

La regla de los 4 regalos

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una mujer haciendo y mostrando el signo con la mano número cuatroBien, ya vimos las consecuencias de darles demasiados regalos a nuestros hijos, y definitivamente no creo que queramos tener unos pequeños monstruitos en casa. Y para evitar caer en el consumismo, y ayudar a fortalecer los valores en nuestros pequeños, hay una regla que es muy conocida como “La regla de los 4 regalos”, la cual nos explica que debemos seleccionar los regalos basados en 4 principios básicos: Algo que les sirva, algo para leer, algo que realmente deseen, y algo que realmente necesiten.

1. Algo que les sirva:

Sabemos que los niños crecen rapidísimo, y cuando menos lo esperamos, ya no les quedan los tenis o el pantalón o vestido que les acabamos de comprar, y lo dejaron casi nuevo. Pero seamos sinceros, ¿a quién le gustaba que le regalaran ropa en lugar de juguetes?! Pero esto podemos hacerlo divertido y que no resulte un regalo no querido, pero si podemos convertirlo en un regalo que les encante, si sabemos escoger y regalarles lo que les gusta. Por ejemplo: Una sudadera del personaje que traiga de moda en ese momento, los tenis de lucecitas o con llantitas, su pijama calentita de sus personajes favoritos.

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