Si bien iniciar un negocio no siempre significa “descubrir el hilo negro”, es cierto que hay muchas características que vuelven única a tu idea de negocio: puede ser un producto novedoso, un modelo de negocio innovador o un servicio único que te hace diferente del resto de tu competencia.

Todos los secretos detrás de lo que vuelve único a tu negocio deben ser protegidos, pero esto no significa precisamente que se pueden patentar. En este artículo te platicaremos sobre los casos en los que aplica una patente y aquellos otros medios de protección de los secretos de tu empresa que no son precisamente una patente.

¿Qué puedo patentar?

De acuerdo a la definición del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), una patente debe contar con características específicas para que el Estado te dé un derecho de uso exclusivo (patente) por un tiempo determinado, estas características son:

• Ser nuevo en el mundo. A esta característica se le conoce como “novedad”.
• Ofrecer una solución única a una necesidad humana; es decir, resuelve un problema técnico que cualquier experto en la materia no podría solucionar fácilmente. Esta cualidad se denomina “actividad inventiva”.
• Se pueda explotar comercialmente en alguna rama de la actividad económica; esto es, que tenga “aplicación industrial”.

En pocas palabras, debe ser un invento que resuelva un problema técnico y tenga una aplicación industrial, así que si estás pensando patentar tu plan de negocio o alguna receta especial, no será posible; pero si estás pensando en patentar alguna nueva tecnología como en su momento lo fueron los celulares con pantalla táctil o una solución nueva como los inhaladores para bebés, entonces debes patentar tu producto.

Protege tus secretos

A pesar de que tu idea, producto o servicio no sea candidato a una patente, sí es importante que protejas los secretos detrás de lo que hace única a tu empresa. Para esto quiero compartirte algunas opciones para que protejas esos aspectos tangibles o intangibles (procesos, proveedores, clientes, etc.) que te dan una ventaja competitiva comercial:

Modelos de utilidad: Esta opción es para ti si tu idea representa un cambio en la estructura o forma de una solución técnica existente, por ejemplo, una memoria USB con destapador integrado, o un sacacorchos eléctrico.

NDA: Con el crecimiento de tu negocio llegarán las oportunidades de hacer alianzas o de conseguir nuevos socios de negocio. La información que compartes con estos terceros con los que aún no firmas un contrato con validez legal, debe protegerse bajo contratos o cláusulas de confidencialidad, conocidos coloquialmente por sus siglas en inglés como Non-Disclosure Agreements o NDA.

Propiedad industrial e intelectual

Marca: Tu marca es una representación gráfica que precisamente sirve para diferenciarte de tu competencia, así que este es uno de los primeros secretos que debes proteger. El proceso de registro de marca en México se realiza ante el IMPI y su costo es bastante accesible, considéralo como una de las primeras inversiones de tu emprendimiento.

Propiedad Intelectual: Si lo tuyo es más la onda creativa, debes proteger tus derechos como autor de tu obra literaria, artística o fotográfica.

Estamos seguros de que no quieres que nadie copie tu gran proyecto de negocio, y si bien la idea en sí no puede ser patentada, es importante que sepas que sí puedes proteger aspectos relevantes de tu empresa como la marca o la información que divulgamos sobre ella. Recuerda que cada negocio es un mundo, así que antes de dar cualquier paso en falso será importante que te asesores legalmente para elegir la mejor opción para tu caso específico.

Fuentes: 

Guía del usuario de Patentes y Modelos de Utilidad, IMPI México.

IMPI, Artículos, "La patente pieza clave que mejora la vida".