¿Me conviene comprar casas en remate bancario?
El remate bancario fue una idea que surgió durante la crisis inmobiliaria de 2008, si no te enteraste de esta crisis histórica o si aún no habías nacido, te ponemos en contexto. Durante 2008 y 2009, explotó una bomba que tenía varios años cocinándose, resulta que en aquel entonces los bancos otorgaron créditos “subprime”, es decir, hipotecas de alto riesgo a clientes que no tienen buena solvencia, y, por lo tanto, el riesgo de impago es mayor a la media de los demás créditos. Si quieres saber más de este tema, no te pierdas la película The Big Short en donde nos cuentan todo este chisme.
El alto riesgo de los créditos “subprime” cobró factura en 2008 y los clientes acreditados dejaron de pagar sus hipotecas. Recuerda que el negocio de un banco NO es quitarte tu casa, es por eso que no es suficiente con tener una garantía hipotecaria para que te digan que SÍ a un crédito, sin embargo, recuperar estas garantías hipotecarias se convirtió para los bancos en un mecanismo para recuperar parte del capital perdido.
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Remate bancario
Cuando solicitas un crédito hipotecario, la garantía de tu crédito es el bien inmueble que estás adquiriendo, es por eso que cuando firmas las escrituras se genera también un gravamen; gravar una propiedad significa ejercer el derecho de adjudicación de la garantía, en caso de que se presente una situación específica como el impago.
Cuando el deudor cae en situación de impago, el banco procede a embargar la propiedad, momento en el que la institución financiera le quita al acreedor los derechos de propiedad y le despoja del bien inmueble.
En palabras sencillas, el remate bancario es la venta de casas embargadas por falta de pago del deudor del crédito hipotecario. Es importante mencionar que no es una compra – venta como la que harías con un desarrollador inmobiliario o un particular, pues no se compra la propiedad directamente, lo que adquieres es el derecho legal de adjudicarte el inmueble para, posteriormente, escriturarlo a tu nombre. El banco, al hacer valer su derecho de adjudicación en primer lugar, ofrece el bien inmueble al mercado a una fracción de su precio comercial, recuerda que su negocio no es comprar y vender casas, ellos solo esperan recuperar parte del capital perdido. Al mismo tiempo, este mecanismo ofrece a las personas con un presupuesto reducido la posibilidad de adquirir un patrimonio.
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