Qué espanto tener que estar pagando impuestos cada mes, ¿no? Sí da flojera tener que mandar mis documentos al contador, esperar a que me entregue mi línea de captura, meterme al portal bancario y dejar ir así como así un cacho de mis ingresos para la Tesorería de la Federación. Pffff, todo el trámite que nos ahorraríamos si tan solo fuéramos informales y no le presentáramos nada al SAT. Pero… ¿de verdad vale la pena? Veamos a fondo este tema.

¿Qué es ser informal?

Primero que nada, vamos a definir eso de ser informal. Básicamente nos referimos a alguien como informal cuando lleva a cabo sus actividades económicas por fuera del marco fiscal. Es decir, que opera un negocio sin cumplir ni una sola de las obligaciones fiscales básicas, como expedir facturas, hacer declaraciones y pagar impuestos. Esto en realidad no es algo difícil de llevar a cabo, solo debes no hacer nada en términos fiscales ¡y listo! Pero honestamente yo no te lo recomiendo y ahí te van los motivos:

Seguridad jurídica:

La primera y la más importante de todas las razones por las que no vale la pena ser informal es por la seguridad jurídica.

Verás, el SAT tiene varias formas de hacerse una idea del dinero que generas

La primera es ver todas las facturas de gastos que recibes, con eso saben más o menos cuánto gastas y es fácil suponer que, por lo menos, estás generando en ingresos ese mismo dinero que gastaste.

Y tú podrás pensar: “no pasa nada, solo no pido facturas de mis gastos y ya”.

Otra forma es revisar tus movimientos bancarios. El SAT puede tomar la suma de tus gastos, traspasos a cuentas de terceros o cuentas de inversiones y pagos a tarjetas de crédito conforman el neto de tus egresos.

Verás, si tu cuenta bancaria fue aperturada o modificada después de la reforma fiscal de 2014, es un hecho que tu cuenta bancaria está vinculada a tu RFC y eso es más que suficiente para que el SAT pueda conocer tus movimientos bancarios si en determinado momento empieza a sospechar de ti. Y déjame advertirte que, según la regla 1.1 de la Resolución Miscelánea Fiscal para 2022, el secreto bancario queda exceptuado si la autoridad fiscal realiza la solicitud conforme al artículo 32-B, fracción IV del Código Fiscal de la Federación.

Además, los bancos están obligados a notificar al SAT cuando sus clientes reciban depósitos en efectivo superiores a los $15,000 mensuales a sus cuentas bancarias.

¿Qué es lo que te quiero decir con todo esto? Que, si recibes dinero en tus cuentas bancarias por tus negocios, ten por seguro de que el SAT, si no lo sabe, lo puede averiguar en cuestión de minutos.

¿Y todo esto qué tiene que ver con eso de la seguridad jurídica? Bueno, la seguridad jurídica es un concepto que utilizamos en el argot fiscal para referirnos a la protección que se le brinda a la esfera jurídica del cliente.

¿Quedó más claro? A ver, vamos a barajearla de otra forma. Te acabo de enlistar dos mecanismos que el SAT tiene para identificar que estás ganando dinero que no le estás declarando.

Cuando llevas a cabo tu negocio de una manera formal, el SAT aun así puede ir a pedirte que le rindas cuentas, pero muy probablemente no encuentre nada raro porque eres formal y te dejará en paz tan rápido como llegó.

Ahora, si tu negocio opera de manera informal y llega el SAT, créeme que no tienes seguridad jurídica en lo más mínimo y el SAT te va a cobrar con ganas y va a intentar cobrarte la tasa máxima de ISR, es decir el 35 %, sobre todos los ingresos que identifique que omitiste declarar durante hasta los últimos 5 años que han transcurrido.

Imagínate pagar el 35 % de todos tus ingresos de los últimos 5 años más actualizaciones, recargos y multas.

No quieres eso, ¿verdad? Es que muy probablemente ni siquiera podrías pagar esa cantidad de dinero. Entonces te sugiero blindar tu seguridad jurídica cumpliendo adecuadamente con tus obligaciones fiscales.

Ampliación de mercado:

Hoy en día los negocios serios, aquellos a los que les puedes ofertar tus productos o servicios con un mayor margen de ganancia o que simplemente te van a comprar mucho más que el resto, no te van a contratar o comprar de ninguna manera si no les entregas una factura. Y la realidad es que, al emitir una factura, te obligas a tener que declarar ese ingreso en la declaración que corresponda al mes en el que se lleve a cabo la transacción. Así que sí, para que tu negocio crezca y tengas ventas y reputación mucho más importante, es esencial que te des de alta en el régimen que te corresponda o mejor se acomode a tu esfera jurídica y, desde ese régimen, formalizar las operaciones de tu negocio.

E-commerce y comodidad:

Ahora, tú podrás estar pensando que sí está muy bonito y todo esto que te cuento, pero puedes llevar a cabo todas tus operaciones en efectivo y prescindir de esos clientes que te piden factura y así sigues en la informalidad y sin pagar impuestos.

Pues sí, podrías hacer eso y operar tu negocio en puro efectivo como si esto fuera 1960 pero…

¿Y si quieres modernizar tu negocio?

¿Qué tal que quieres aprovechar las nuevas plataformas de comercio en línea?

¿Qué tal que quieres generar un CoDi para que tus clientes te paguen fácil y rápidamente?

Hay muchas formas en el nuevo mundo digital para poder ampliar tu red de ventas y generar más y más ingresos y, para todas esas formas es indispensable que manejes un negocio con una cuenta bancaria.

Olvídate del efectivo y de complicarte la vida para ahorrarte unos pesitos en impuestos. Formaliza, opera con cuentas bancarias ¡y crece tu negocio como nopal! 😉

Pues ya te platiqué algunos puntos por los cuales vale la pena dejar de hacer las cosas a través de la informalidad. Recuerda que el crimen nunca paga y, aunque te suene exagerado, operar en la informalidad es un delito fiscal así que, si no cometerías el delito de robar a mano armada (no lo cometerías, ¿verdad?, ¡¿verdad?!) tampoco cometas el delito fiscal de operar de manera informal. Lleva las cosas en paz con el SAT que es lo mejor para ti y para tu negocio.