El emprendimiento implica tomar riesgos, saltar al vacío y hacer votos de confianza, sin embargo, me siento con la responsabilidad de decirte que empezar tu emprendimiento con estrés económico no es lo más recomendable.

No estoy diciendo que no puedas, creo que puedes con eso y más, pero te daría más tranquilidad y te ayudaría tener un plan para priorizar mejor tus compromisos, organizar las actividades que deberás hacer y estar segura de cuánta inversión vas a necesitar y cómo la conseguirás. Se trata de hacer un plan para cubrir tus deudas sin estrés, sin ponerte en riesgo. Un buen emprendedor mide los riesgos que toma.

Emprender no es un camino sencillo. Toma tiempo que tu empresa agarre forma y se consolide. Emprender genera mucha satisfacción, pero también genera cierta ansiedad e incertidumbre. Requiere de atención y de la inversión de tiempo y recursos, y si estás inquieta pensando en cómo hacer frente a tus deudas y compromisos, no le dedicarás el enfoque que necesita para ser exitoso y crecer, o posiblemente el camino sea más tortuoso qué, si sigues un plan y tienes opciones.

Cada una de nosotras tenemos un nivel de riesgo distinto. Evalúa ¿cuál es el tuyo? ¿qué tan cómoda o incómoda te sientes arriesgando y qué tanto estás dispuesta a arriesgar? Una vez que interiorices esto y entiendas tu nivel de riesgo, pon en papel tus siguientes pasos, empieza a darte espacio para aterrizar tu idea de negocio y comienza a ver qué tan factible es. Mientras más información tengas en este análisis, mejor. Una vez que lo aterrices y tengas claridad de cómo puedes hacer frente a los retos que enfrentarás, ¡salta! Pero sabiendo los pros y contras y siendo responsable al lanzarte.

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Como dice el título, las finanzas no te van a morder. Te deseo todo el éxito en este nuevo camino -Ana Victoria García.