Lecciones de dinero que aprendí de mi papá

Dicen que hacemos lo que vemos, aprendemos muchas cosas en el núcleo familiar y tenemos dos opciones: repetir inconscientemente lo que vemos en casa, o evitarlo de manera consciente.

Mi padre no es multimillonario, tampoco es el mejor ejemplo de cómo manejar el dinero. Pero le he aprendido muchas cosas sobre cómo manejar mis finanzas, ya sea por enseñanzas directas o simplemente porque he aprendido de sus errores. Aquí las cinco enseñanzas más importantes.

1.- Hay que ganarse el dinero con esfuerzo

niña trabajando en un puesto de limonadasMis padres nunca me dieron dinero gratis porque fuera “domingo”, pero me ofrecían opciones para ganármelo. De hecho, podría decir que mi primer trabajo fue hacer limpieza en mi casa, lavar los coches de mis padres. Obviamente tenían suficiente dinero para darme semanalmente, pero preferían ponerme retos y trabajos simples para que trabajara por él.

Tenían suficiente dinero para darme semanalmente, pero preferían ponerme retos y trabajos simples para que trabajara por él.

Así fue cómo aprendí que el dinero no es gratis, uno se le tiene que ganar con esfuerzo. De hecho, la forma en la que yo podía ganar más dinero era sacando buenas calificaciones, ya que mis padres me pagaban por cada 8, 9 o 10 que obtuviera en cada materia.

2.- Hay que tener metas grandes y también metas pequeñas

niño con una pistola de billetesAsí como mis papás no me daban dinero gratis, tampoco me compraban cualquier cosa. Si había algo caro que yo quisiera, ellos me motivaban a ahorrar lo suficiente para comprarlo. De hecho, mi padre me motivó desde chiquito a ahorrar para una casa, y eventualmente me dijo que él no me iba a comprar un coche, pero que iba a duplicar la cantidad que yo lograra ahorrar.

Para no hacer la historia más larga, a los 14 años yo ya trabajaba en una empresa transnacional y a los 15 años tuve la mitad el dinero necesario para comprar mi primer auto.

3.- No se trata de hacer dinero sólo por hacer dinero

niño en una cama de billetesEsto no salió de la boca de mi padre, pero también lo aprendí de él. Al verlo en distintos trabajos, desde lo más empresarial hasta el típico emprendimiento, me alcancé a dar cuenta de que cuando mejor le iba económicamente era cuando lo veía más apasionado con su trabajo. Cuando sólo se dedicaba a hacer dinero, no le iba tan bien, ni lo disfrutaba tanto. Tal vez esto no aplica para todos, porque seguro hay muchos tipos de negocios rentables que no son para nada divertidos. Pero en mi caso, se notaba una diferencia clara cuando el dinero era resultado de una pasión, porque cuando era solamente por hacer dinero, difícilmente salían nuevas ideas, no había ganas de crecer o de innovar tanto. Si no había un motivo real, no había muchas ganas de mejorar.

4.- Nunca arriesgar más de la cuenta

niño abentandose a un pozo de arenaCuando le estaba yendo económicamente bien a mis padres, hicieron lo que “se debe hacer”: emprender e invertir en más negocios. Desafortunadamente lo hicieron mal y corrieron con la peor suerte, ya que fueron estafados y perdieron el dinero que habían invertido. Realmente. El estafador terminó unos años en la cárcel y después salió, pero mis padres y sus socios perdieron varios millones de pesos.

La situación era peor de lo que suena, porque para igualar la cifra que estaban invirtiendo los demás socios, mi padre tomó demasiado riesgo e invirtió mucho más de lo que podía. De hecho, había invertido todo lo que tenía ahorrado porque sonaba a un “negocio seguro”. Después de que fueron estafados, todo se volvió más difícil. Todos los socios sufrieron el desfalco, pero sólo mi padre había arriesgado de más...y esta desafortunada situación cambió la vida de la familia.

Toda inversión lleva riesgo, pero viví a través de mis padres que “no hay que poner todos los huevos en una canasta”. Afortunadamente, ahora conozco la Fórmula Para Medir El Riesgo.

5.- El dinero es muy importante en la vida

niña golpeandose la cabeza con una alcanciaMi padre y mi madre siempre trabajaron e hicieron grandes esfuerzos para estar bien económicamente. Se sentía como una familia normal, unida y feliz. Todo iba bien cuando todo iba bien también con el dinero. Después de que les robaron sus ahorros, la cosa se puso peor y mi madre tuvo que sacar dinero extra de donde fuera. No se ponían de acuerdo sobre cómo levantar económicamente a la familia y eventualmente se divorciaron.

Tal vez sin ser causa ni consecuencia directa, pero la relación de mis padres y por lo tanto de la familia empezó a debilitarse cuando empezaron los problemas de dinero. El dinero nunca fue la base de la familia, pero cuando hubo problemas de dinero, hubo problemas familiares.

El dinero nunca fue la base de la familia, pero cuando hubo problemas de dinero, hubo problemas familiares.

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Historias
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