¿Qué cosa es eso del interés compuesto? 

Es eso que se va sumando al capital inicial y sobre el que se van generando nuevos intereses. Entonces gracias a eso, el dinero, tiene un efecto multiplicador porque los intereses producen nuevos intereses.

En pocas palabras:
El interés compuesto representa las ganancias que generó una inversión en un período de tiempo y se acumulan para aumentar el monto del capital en el siguiente período.

¿Amigo o enemigo?

Aquí la pregunta fundamental es, ¿cómo hacerle para que el ‘interés compuesto’ sea un aliado en nuestra vida?

Ah bueno, pues lo primero que tenemos qué tomar en cuenta es que este tipo de interés puede maximizar nuestros rendimientos en una inversión, pero también las comisiones de una deuda. 

Por ejemplo:

1- Si eres un inversionista, la institución financiera en donde tengas tu inversión te pagará una tasa de interés por hacer uso de su dinero. 

2- Si pediste un crédito a cierta institución financiera serás tú quien tendrá que pagarle esa tasa al prestamista.

Acuérdate que los intereses generan más intereses (tanto en inversión como en deuda).

Cuando ganas interés compuesto, puedes terminar con un saldo mucho mayor del que invertiste inicialmente pero cuando te cobran un interés compuesto podrías terminar pagando mucho más de lo que pediste prestado.

¿Qué onda con el interés simple?

El rendimiento del interés compuesto es mayor que el del interés simple.
A diferencia del interés compuesto, el interés simple usa solo el monto principal de la inversión o de la deuda para calcular el interés.

Muchos préstamos a plazos cobran interés simple pero es común que en las tarjetas de crédito utilicen el interés compuesto; así que si no quieres pagar intereses compuestos, deberás evitar llevar el saldo de la tarjeta de crédito más allá de la fecha de vencimiento. Ponte las pilas con los pagos.

La regla del 72 para calcular el interés compuesto

Lo primero que debes tomar en cuenta es el monto de inversión, la tasa de interés y el número de periodos de la inversión.

La Regla del 72 nunca falla porque te muestra qué tan rápido puedes esperar que tu inversión se duplique con el paso del tiempo.

Lo que tienes qué hacer es:
Dividir el número 72 por la tasa de interés. Entonces, si 6% fuera tu tasa de rendimiento esperada, tu inversión se duplicaría cada 12 años aproximadamente, (72 dividido entre 6 = 12).

Dato importante: Este cálculo no incluye el efecto de la inflación de tu dinero con el paso de los años. 

El interés compuesto es como un arma de doble filo pero todo depende de tiiiiii.