Objetos caros que se fueron al fondo del Titanic

El Titanic tocó el fondo del mar la madrugada de un lunes hace aproximadamente 107 años.
Y claro que todos recordamos a Jack y Rose, ese amor pasional que recorrió los pasillos del barco más famoso y polémico del mundo.

Pero casi nadie sabe de la historia y travesías de Mauritz Håkan Björnström-Steffansson dentro del Titanic.

Para no hacerles el cuento largo, él logró salvarse pocos minutos antes de que el barco de metal se fuera hasta el fondo del Atlántico. 

Este hombre tuvo un chispazo de suerte y logró subir a uno de los barcos salvavidas, pero -lamentablemente- no pudo salvar a su preciado tesoro: “La Circassienne au Bain”, una pintura al óleo neoclásica hecha por el francés del siglo XIX Merry-Joseph Blondel.

Esa pintura era muy popular porque años antes fue exhibida por vez primera en el Salón de París, en el Museo del Louvre.

Envato / rubenchase

Museo Louvre

“The Most Expensive Object Lost on the Titanic”, así se leían los encabezados de los diarios cuando se supo que el objeto más caro dentro del Titanic se había hundido, al igual que los miles de muebles, vajillas, libros, documentos y personas que no pudieron salvarse aquella noche fría.

El dueño de esta pieza (Mauritz) presentó una reclamación en Nueva York contra la White Star Line (una compañía naviera británica dedicada al transporte de pasajeros), reclamando una indemnización por la pérdida de su obra de arte y la suma total de la reclamación ascendía a 100,000 dólares convirtiéndola en la pieza más valorada del equipaje perdido en el Titanic.

La reclamación ascendía a 100,000 dólares, convirtiéndola en la pieza más valorada del equipaje perdido en el Titanic.

Lo malo de esta historia es que jamás le reembolsaron sus miles de dólares que el dueño había invertido en esa pintura que, hoy, sigue en el fondo del Titanic.

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