Querido Dinero




Por favor, espera un momento...

Vintage y diseño: Cómo gastar mejor y vestir con conciencia

Vintage y diseño: Cómo gastar mejor y vestir con conciencia

Desde que quise expresar mi personalidad con la ropa, pero no tenía dinero para comprar todo lo que quería, mi creatividad se afiló. 

Es cierto que cuando no hay recursos, nace la inventiva. Así descubrí el mundo de la ropa vintage. 

Mi primera vez fue en una tienda de ropa donada en la Roma. Iba después de la prepa y, con 200 pesos, salía con varias joyitas. A veces ni me quedaban, pero la tela o el diseño eran tan icónicos que, como dice Rosalía: cógela y córtala y ya

La gente me chuleaba los outfits. Cuando decía que eran de segunda mano, no lo creían. Me sentía más fabulosa que como si trajera un look recién comprado en una tienda de lujo. 

Con el tiempo entendí que buscar ropa vintage es un arte. No todo lo bonito te queda ni todo lo barato vale la pena. 

Vestirme es parte de mi existir, tan básico como escuchar música. Y esa creatividad brilla más cuando exploro bazares o tiendas vintage. Pero para que esto no se vuelva otro gasto emocional, aprendí a hacerlo con estrategia. 

Acá van:

1. Haz una primera ronda como si estuvieras buscando oro

Elige todo lo que te parezca increíble. Sí, todo. Después colócalo aparte, haz una pequeña pausa y decide qué realmente vale la pena probarte. 

Aunque dé flojera, pruébate la ropa. No sabes cuánto te puedes ahorrar evitando prendas que según tú iban a quedarte perfectas... y resultaron un ew frente al espejo.

Mujer joven probándose ropa en el espejo del vestidor en un centro comercial

                                                               Envato / sedrik2007

2. Fíjate en la calidad 

No todo lo vintage es increíble. Hay prendas hermosas a la vista que no van a durar nada. Toca la tela, mira las costuras, siente el peso de la tela. Si se siente frágil o se ve que ya vivió de más, déjala pasar. La ropa tiene que resistir tu día a día. 

mujer viendo ropa y probandose un suéter

                                               Envato / Tirachard

 

3. Piensa en tu clóset real (no en el de “para cuando vaya a Las Vegas”)

Antes de comprar, imagina si esa prenda combina con lo que ya tienes. ¿Va con tu estilo? ¿O solo te gustó porque está en tendencia?

Chica probándose un suéter en un probador

                                               Envato / pablorasero

Si es una pieza aislada, asegúrate de que conecte contigo de verdad. Ya sabes, como ese color verde Brat que amamos, pero que no es atemporal.

4. Desconfía de lo “barato y bonito” en internet

Sí, hay páginas que tienen mil estilos a precios bajísimos. Pero cuando llega el paquete... sorpresa. Se deslavan, se deforman, la tela se siente de papel o simplemente no se ven como en la foto. 

Y ahí vas otra vez a comprar el siguiente mes. ¿Para qué? ¿Para verte como todo el mundo? Mejor invierte en una pieza única, con historia y que te dure más que una temporada.

abuelita revisando ofertas en la computadora con su tarjeta de crédito

                                               Envato / DragonImages

5. Combina con ropa nueva, pero con estrategia

No todo tiene que ser vintage forzoso. También puedes comprar ropa nueva, pero con intención. 

Busca básicos de calidad: jeans que te duren años, chamarras térmicas en descuento, colores neutros que combinen con todo. 

hombre eligiendo una chaqueta abrigada en una tienda de ropa en un centro comercial

                                                    Envato / traimakivn

Y luego sí, mezclándolos con tus findings de segunda mano. Así construyes un estilo único: un mix de mundos con intención.

En resumen:

Comprar vintage no es solo una forma de ahorrar o una moda pasajera. Es una manera de reconectar contigo, con tu creatividad y con la historia detrás de cada prenda. Vestirse con piezas únicas, encontradas entre montones de ropa, no solo te ayuda a gastar mejor: te obliga a conocerte, a experimentar y a elegir con conciencia. 

Vestirte también es una forma de hablar, sin decir nada. Y cuando esa voz está hecha de mezclas, hallazgos y elecciones propias, no hay tendencia que se le compare.

Etiquetas:
Moda