A continuación te vamos a contar 4 secretos financieros que nosotros los millennials damos por hecho pero que no dimensionamos sobre el impacto que van a tener en nuestro futuro financiero.

Ponte las pilas y échale ganitas. Este es el momento perfecto para mejorar tu relación con el dinero, con el futuro y contigo mism@.

Secreto #1- Hazte responsable de tu ‘yo viejito’ desde hoy porque tu pensión no te va a alcanzar

Si eres joven, si trabajas en una empresa y si cotizas al IMSS, esto te interesa.

El sistema de pensiones creó la “nueva” Ley del IMSS de 1997 porque estudios revelaron que la población de la tercera edad crecerá exponencialmente para el año 2050 (nosotros) y la esperanza de vida de un mexicano promedio será hasta los 80 años. Esto quiere decir que seremos muchos viejitos y ya no alcanzará el presupuesto para solventar tantísimas pensiones. 

Por eso es que tu futuro financiero depende única y exclusivamente de tus ahorros, inversiones y tus aportaciones voluntarias como trabajador.

Existe algo que se llama Plan Personal para el Retiro y la edad ideal para adquirir uno ronda entre los 25-35 años. A esta edad -se supone- tendrás más solvencia económica, además de ser más guap@ y más productivo que en otros años.

Te conviene contar con uno porque estas aportaciones te ayudarán a vivir feliz y sin preocupaciones en tu etapa de retiro. 

Mientras más joven lo hagas, mejor porque te saldrá muuucho más barato. Haznos caso.

Secreto #2- Para triunfar necesitarás varias entradas de ingreso

Lo primero que tienes que responder es: ¿Cuáles son tu hobbies?

Haz una lista de las 5 cosas en las que consideres que eres bueno/a.

Es importante tomar en cuenta que no hace falta vender un producto físico. Sabemos que hay mucha competencia pero lo que sea que vayas a emprender, dale un toque extra a tu negocio, ese será tu diferenciador entre tantas propuestas.

Puedes vender tus servicios como freelance.
Lo padre de esto que puedes trabajar desde casa, puedes definir tus horarios, no usas uniforme y no tienes horarios de oficina (te puedes librar del tráfico), un día puedes trabajar en una cafetería, otro en una biblioteca, otro en el jardín de tu casa y otro, simplemente no hacer na-da.

Si quieres saber más, lee: Cuando conozcas tus activos invisibles ganarás más dinero.

Secreto #3- La Bolsa no es un lugar peligroso

¿Qué es la Bolsa? Es también conocida como “renta variable” y son instrumentos que forman parte de un capital, como las acciones de las compañías públicas. Este tipo de inversiones no garantizan la devolución de tu dinero invertido, ni un retorno, ni en cantidad ni en tiempo...por lo que son más riesgosas, pero también ofrecen mayores rendimientos y ganancias a largo plazo.

Date cuenta qué tanto toleras el riesgo, las pérdidas y las ganancias antes de comenzar a invertir en el mundo de las acciones.

Lo primero y más importante: Hay que dedicarle tiempo para aprender porque invertir en Bolsa será uno de los lugares en donde perderás dinero fácilmente si no estás bien informado. Hay que estudiar mucho sobre este mercado para tener retornos atractivos.

Lo segundo: Ninguna acción está exenta de ajustes o cambios pero una compañía controlada por buenos directores no tiene por qué interrumpir su crecimiento.

Lo que sí tienes que tomar en cuenta es que las acciones suben o bajan dependiendo de los resultados y ventas de la empresa o por la oferta y la demanda, es decir, si la gente quiere comprar más acciones de esa empresa, el costo subirá más.

Secreto #4 - Invertir no es la cosa más complicada de este mundo

1- ¿Pa cuándo la casa o el depa?
Según datos de Inmuebles24, el 62% de los jóvenes quieren dar el gran paso a la vida independiente y comprar un depa o una casa. Si quieres empezar con este proyecto, checa el costo total de la deuda y en cuánto tiempo terminarás de pagar.

Si no sabes cómo empezar lee esto: ¿Comprar una casa es solo para ricos?

2- Comienza a invertir yaaaaa

Para este tema decidimos preguntarle a Adriana Benavides y esto fue lo que nos aconsejó:

Antes de pensar en invertir, debemos ser conscientes de nuestras finanzas actuales, procura no tener demasiadas deudas. Por ejemplo: tener a tope nuestra tarjeta de crédito.

Recuerda que un buen inversionista comienza por un buen ahorrador.

Luego viene el establecer objetivos ¿para qué quieres invertir? Para tu jubilación, para juntar lo del enganche de una casa, tener un respaldo en caso de emergencias.

¿Qué resultados esperas? Lograr un ingreso fijo mensual de 25 mil pesos una vez que me jubile, juntar 400 mil en 3 años para enganchar una casa… 

¿Cómo lo conseguirás? Aquí es donde comienza nuestro proceso de investigación, dependiendo de nuestro objetivo, buscaremos las instituciones que nos pueden ofrecer el servicio que estamos buscando. 

Debemos considerar nuestro perfil de inversionista ¿y cómo sé cuál es mi perfil? Bueno, ahí te va una explicación sencilla. 

1- Inversionista conservador: Es cuando no te gusta ver tu dinero oscilar de arriba para abajo como si fuera montaña rusa, entonces te puedes considerar un inversionista conservador, el cual no le gusta o no tiene la capacidad para estar tomando tantos riesgos. 

2- Inversionista moderado: Sí toma riesgos pero también busca ser cauteloso en sus inversiones, algo así como tener un 50/50 para no tener pérdidas importantes aunque no descarta la posibilidad de maximizar las ganancias, aunque implique un riesgo futuro. 

3- Inversionista arriesgado: Se considera un inversionista arriesgado a los que tienen mayor conocimiento analítico de los mercados, se apoyan de herramientas para evaluar los riesgos. Ojo: Si no tienes bien definidos tus objetivos y estrategias, puedes llegar a perder el piso y tus activos pueden ser los perjudicados. 

Ahora que tienes una idea de tu perfil de inversionista checa cuáles son las instituciones reguladas, cuál es la que te ofrece un mejor rendimiento, tómatelo con calma y que tus decisiones no sean apresuradas y no te dejes llevar por las empresas “novedosas” que te prometen altos rendimientos en poco tiempo.

Investiga, infórmate y construye un futuro seguro.