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Invierte en vez de endeudarte para viajar

Invierte  en vez de endeudarte para viajar

Viajar es una experiencia que enriquece el alma, el conocimiento y las relaciones. Te abre los ojos, el corazón y la mente.

Empecemos con algo claro: viajar es una inversión. Es una inversión en ti, en tus experiencias y en tu bienestar. Pero también es una decisión financiera que a veces se siente como un lujo fuera de nuestro alcance, por esta razón muchas personas piensan que la única opción para lograrlo es endeudarse. Y endeudarse a la mala.

Si bien hasta hace algunos años los viajes podían considerarse un lujo, la realidad es que con el incremento en la oferta y la demanda de movilidad, hoy es una experiencia que puede ser accesible para la mayoría de las personas, siempre que se tenga la estrategia correcta para lograrlo.

¿Alguna vez te ha pasado que te vas de viaje por impulso y tienes que recurrir al tarjetazo? ¿Cómo te sientes cuando regresas a la realidad?

Viajar no tiene por qué ser un castigo a un impulso culposo. Y la deuda no tiene por qué ser 100% mala, de hecho, todo lo contrario. ¿Qué pensarías si te dijeran que usando deuda puedes invertir para viajar sin culpas, sin miedo y con más beneficios de los que imaginas?

Vamos a descubrirlo paso a paso.

¿Viajar endeudándote? Solo si lo haces con estrategia

vista superior del despertador azul con billetes de avión, modelo de tarjeta de crédito de avión y gafas de sol sobre un fondo gris

                                         Envato / stoockking

Suena raro, pero vámonos por partes. El secreto está en el tiempo, y en cómo lo manejas.

Las tarjetas de crédito no son el enemigo. De hecho, son una herramienta poderosa  porque nos da lo más valioso en las finanzas (y tal vez en la vida): tiempo. Y si ya te suena esta frase, aquí va otra: el mejor aliado de las inversiones también es el tiempo. Entonces, ¿por qué no combinar ambos? Hagamos los números:

A continuación quiero compartirte el paso a paso de una de las estrategias que utilizo en todos mis viajes para maximizar la experiencia de mi inversión en viajes:

Viaja usando el tiempo a tu favor
  1. Planea tu presupuesto de viaje con anticipación. Sé realista con tus gastos de avión, hospedaje, alimentación, experiencias y un colchoncito para imprevistos. Si no sabes cómo armarlo, en QD Play tenemos el curso "Estrategias para viajar dentro del presupuesto" que te guía de forma práctica.
  2. Ese presupuesto es tu límite en la tarjeta de crédito. Nada de pasarte por la emoción del momento. Un buen tip: si viajas seguido, busca tarjetas con recompensas como puntos para vuelos, noches de hotel o accesos VIP en aeropuertos. Existen opciones increíbles para quien viaja frecuentemente.
  3. Antes de viajar, invierte el monto total de tu presupuesto. ¿La clave? Elige un instrumento que te dé rendimientos y que esté disponible justo antes de la fecha límite de pago de tu tarjeta. Así, estás usando el crédito como puente temporal, mientras tu dinero trabaja.

Pongamos un ejemplo sencillo:

  • Tu viaje cuesta $20,000 pesos.
  • Lo pagas todo con tu tarjeta de crédito durante el viaje y tienes 40 días para cubrir ese monto en tu tarjeta, sin pagar intereses.
  • Inviertes esos $20,000 desde ahora en un fondo de bajo riesgo a plazo fijo que te da un rendimiento de 10% anual. Si lo tienes invertido 40 días, te da alrededor de $220 pesos de ganancia sin mover un dedo.

Tal vez suena poquito, pero si viajas seguido y repites esta estrategia, el efecto acumulado y compuesto vale oro.

¿Y si no tengo tarjeta de crédito?...

 Avión de pasajeros y mano con pilas de monedas

                                               Envato /  iLixe48

¿No te late usar tarjetas? También hay una forma de lograrlo usando al mejor aliado de la deuda y las inversiones: el tiempo.

  1. Elabora un plan de ahorro-inversión desde al menos 6 meses antes. Divide tu meta entre los meses disponibles y asigna ese monto como prioridad mensual.
  2. Invierte en instrumentos que reinviertan automáticamente tus ganancias. Fondos de inversión, CETES, o plataformas reguladas que te permitan ver crecer tus rendimientos mes con mes.
  3. No retires ni un peso hasta alcanzar tu meta. Este punto es clave. La disciplina en los primeros meses es lo que hace que el interés compuesto haga su magia.

Si planeas con tiempo y cabeza fría, viajar se vuelve una recompensa merecida, no una culpa financiera.

En resumen

Viajar no solo te conecta con el mundo, también te impulsa a generar más ingresos, a mejorar tus hábitos financieros y tomar decisiones con intención. No se trata de vivir limitado para darte el gusto de viajar, sino de usar cada peso de forma estratégica. Cuando tienes una meta clara, tu estrategia estará enfocada en encontrar caminos más rápidos y sostenibles para alcanzarla. ¿La clave? Invertir, siempre.

Recuerda que la deuda y la inversión no son enemigos, son dos caras de la misma moneda. Piensa en ellas como el ying y el yang de tu estrategia financiera. No se trata de evitar alguna de las dos, sino de dominarlas. Aprender a usarlas a tu favor no solo te ayuda a viajar, sino a tomar mejores decisiones para todas las metas importantes de tu vida.

Cuando lo logras, ganas por partida doble: los rendimientos de tus inversiones y los beneficios exclusivos del crédito bien usado. Y lo mejor: viajas sin culpas, con tranquilidad y con la satisfacción de saber que lo hiciste con inteligencia financiera.

Viaja, disfruta, planea… y haz que cada experiencia valga doble: por lo que viviste, y por cómo lo lograste.